tag:blogger.com,1999:blog-14969738176116989682024-02-20T00:33:51.208-08:00Poesía de Sor Juana Inés de la CruzUnknownnoreply@blogger.comBlogger56125tag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-3257689431398254542009-05-06T20:55:00.000-07:002009-05-06T20:55:00.435-07:00Décimas de Sor Juana Inés de la Cruz<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Defiende que amar por elección del arbitrio, es sólo digno de racional correspondencia</span><br /><br /><br />Al amor, cualquier curioso <br /> hallará una distinción; <br /> que uno nace de elección <br /> y otro de influjo imperioso. <br /> Éste es más afectüoso,<br /> porque es el más natural, <br /> y así es más sensible: al cual <br /> llamaremos afectivo; <br /> y al otro, que es electivo, <br /> llamaremos racional.<br /><br /> Éste, a diversos respectos, <br /> tiene otras mil divisiones <br /> por las denominaciones <br /> que toma de sus objetos. <br /> Y así, aunque no mude efectos,<br /> que muda nombres es llano:<br /> al de objeto soberano <br /> llaman amor racional; <br /> y al de deudos, natural; <br /> y si es amistad, urbano.<br /><br /> Mas dejo esta diferencia <br /> sin apurar su rigor; <br /> y pasando a cuál amor <br /> merece correspondencia, <br /> digo que es más noble esencia<br /> la del de conocimiento; <br /> que el otro es un rendimiento <br /> de precisa obligación, <br /> y sólo al que es elección <br /> se debe agradecimiento.<br /><br /> Pruébolo. Si aquél que dice <br /> que idolatra una beldad, <br /> con su libre voluntad <br /> a su pasión contradice, <br /> y llamándose infelice<br /> culpa su estrella de avara <br /> sintiendo que le inclinara, <br /> pues si en su mano estuviera, <br /> no sólo no la quisiera, <br /> mas, quizá, la despreciara.<br /><br /> Si pende su libertad <br /> de un influjo superior, <br /> diremos que tiene amor, <br /> pero no que voluntad; <br /> pues si ajena potestad<br /> le constriñe a obedecer, <br /> no se debe agradecer <br /> aunque de su pena muera, <br /> ni estimar el que la quiera <br /> quien no la quiere querer.<br /><br /> El que a las prensas se inclina <br /> sin influjo celestial, <br /> es justo que donde el mal, <br /> halle también medicina; <br /> mas a aquél que le destina<br /> influjo que le atropella, <br /> y no la estima por bella <br /> sino porque se inclinó, <br /> si su estrella le empeñó, <br /> vaya a cobrar de su estrella.<br /><br /> Son, en los dos, los intentos <br /> tan varios, y las acciones, <br /> que en uno hay veneraciones <br /> y en otro hay atrevimientos: <br /> tino aspira a sus contentos,<br /> otro no espera el empleo; <br /> pues si tal variedad veo, <br /> ¿quién tan bárbara será <br /> que, ciega, no admitirá <br /> más un culto que un deseo?<br /><br /> Quien ama de entendimiento, <br /> no sólo en amar da gloria, <br /> mas ofrece la victoria <br /> también del merecimiento; <br /> pues, ¿no será loco intento<br /> presumir que a obligar viene <br /> quien con su pasión se aviene <br /> tan mal que, estándola amando, <br /> indigna la está juzgando <br /> del mismo amor que la tiene?<br /><br /> Un amor apreciativo <br /> solo merece favor, <br /> porque un amor, de otro amor <br /> es el más fuerte atractivo; <br /> mas en un ánimo altivo<br /> querer que estime el cuidado <br /> de un corazón violentado, <br /> es solicitar con veras <br /> que agradezcan las galeras <br /> la asistencia del forzado.<br /><br /> A la hermosura no obliga <br /> amor que forzado venga, <br /> ni admite pasión que tenga <br /> la razón por enemiga; <br /> ni habrá quien le contradiga<br /> el propósito e intento <br /> de no admitir pensamiento <br /> que, por mucho que la quiera, <br /> no le dará el alma entera, <br /> pues va sin entendimiento.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-27602103936156426632009-05-06T20:51:00.000-07:002009-05-06T20:51:01.092-07:00Redondillas de Sor Juana inés de la Cruz<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Pinta la armonía simétrica que los ojos perciben en la hermosura, con otra música</span><br /><br /><br />Cantar, Feliciana, intento <br />tu belleza celebrada; <br />y pues ha de ser cantada, <br />tú serás el instrumento. <br /> De tu cabeza adornada,<br />dice mi amor sin recelo <br />que los tiples de tu pelo <br />la tienen tan entonada, <br /> pues con presunción no poca <br />publica con voz süave<br />que, como componer sabe, <br />él solamente te toca. <br /> Las claves y puntos dejas <br />que amor apuntar intente, <br />del espacio de tu frente<br />a la regla de tus cejas. <br /> Tus ojos, al facistol <br />que hace tu rostro capaz, <br />de tu nariz al compás <br />cantan el re mi fa sol.<br /> El clavel bien concertado <br />en tu rostro no disuena, <br />porque junto a la azucena, <br />te hacen el color templado. <br /> Tu discreción milagrosa<br />con tu hermosura concuerda, <br />mas la palabra más cuerda <br />si toca al labio, se roza. <br /> Tu garganta es quien penetra <br />al canto las invenciones,<br />porque tiene deduciones <br />y porque es quien mete letra. <br /> Conquistas los corazones <br />con imperio soberano, <br />porque tienes en tu mano<br />los signos e inclinaciones. <br /> No tocaré la estrechura <br />de tu talle primoroso, <br />que es paso dificultoso <br />el quiebro de tu cintura.<br /> Tiene en tu pie mi esperanza <br />todos sus deleites juntos, <br />que como no sube puntos <br />nunca puede hacer mudanza. <br /> Y aunque a subir no se atreve<br />en canto llano, de punto, <br />en echando contrapunto <br />blasona de semibreve. <br /> Tu cuerpo, a compás obrado <br />de proporción a porfía,<br />hace divina armonía <br />por lo bien organizado. <br /> Callo, pues mal te descifra <br />mi amor en rudas canciones, <br />pues que de las perfecciones,<br />sola tú sabes la cifra.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-69458618882778207142009-05-05T20:48:00.000-07:002009-05-05T20:48:00.915-07:00Décimas de Sor Juana<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Sosiega el susto de la fascinación, en una hermosura medrosa</span><br /><br /> <br />Amarilis celestial, <br /> no el aojo te amedrente, <br /> que tus ojos solamente <br /> tienen poder de hacer mal; <br /> pues si es alguna señal<br /> la con que dañan airados <br /> y matan avenenados <br /> cuando indignados están, <br /> los tuyos solos serán, <br /> que son los más señalados.<br /> ¿Creerás que me ha dado enojo <br /> llegar con temor a verte? <br /> ¿Él había de ofenderte? <br /> ¡Cuatro higas para el ojo! <br /> Ten aquesto por antojo<br /> y por opinión errada <br /> que ha dado por asentada <br /> falto el vulgo de consejo; <br /> porque si no es en tu espejo, <br /> no puedes estar aojada.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-10845689531204238942009-05-05T20:45:00.000-07:002009-05-05T20:45:00.421-07:00Décimas de Sor Juana Inés de la Cruz<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Alma que al fin se rinde al amor resistido: es alegoría de la ruina de Troya</span><br /><br /><br />Cogióme sin prevención <br /> amor astuto y tirano, <br /> con capa de cortesano <br /> se me entró en el corazón. <br /> Descuidada la razón<br /> y sin armas los sentidos, <br /> dieron puerta inadvertidos; <br /> y él por lograr sus enojos, <br /> mientras suspendió los ojos, <br /> me salteó los oídos.<br /> Disfrazado entró y mañoso; <br /> mas ya que dentro se vio <br /> del Paladïón, salió <br /> de aquel disfraz engañoso <br /> y, con ánimo furioso,<br /> tomando las armas luego, <br /> se descubrió astuto griego <br /> que, iras brotando y furores, <br /> matando los defensores, <br /> puso a toda el alma fuego.<br /> Y buscando sus violencias <br /> en ella al Príamo fuerte, <br /> dio al Entendimiento muerte, <br /> que era rey de las potencias; <br /> y sin hacer diferencias<br /> de real o plebeya grey, <br /> haciendo general ley, <br /> murieron a sus puñales <br /> los discursos racionales <br /> porque eran hijos del rey.<br /> A Casandra su fiereza <br /> buscó, y con modos tiranos, <br /> ató a la razón las manos, <br /> que era del alma princesa. <br /> En prisiones, su belleza,<br /> de soldados atrevidos, <br /> lamenta los no creídos <br /> desastres que adivinó, <br /> pues por más voces que dio, <br /> no la oyeron los sentidos.<br /> Todo el palacio abrasado <br /> se ve, todo destrüido, <br /> Deifobo allí mal herido, <br /> aquí Paris maltratado. <br /> Prende también su cuidado<br /> la modestia en Polixena; <br /> y en medio de tanta pena, <br /> tanta muerte y confusión, <br /> a la ilícita afición <br /> sólo reserva en Elena.<br /> Ya la ciudad que vecina <br /> fue al cielo, con tanto arder <br /> sólo guarda de su ser <br /> vestigios en su rüina. <br /> Todo el amor lo extermina<br /> y, con ardiente furor, <br /> sólo se oye entre el rumor <br /> con que su crueldad apoya: <br /> «Aquí yace un alma Troya; <br /> ¡victoria por el amor!»</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-67653820927340487082009-05-04T20:42:00.000-07:002009-05-04T20:42:00.221-07:00Romance de Sor Juana<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Con ocasión de celebrar el primer año que cumplió el hijo del señor virrey, le pide a su excelencia indulto para un reo</span><br /><br /><br /> Gran marqués de la Laguna, <br /> de Paredes conde excelso, <br /> que en la cuna reducís <br /> lo máximo a lo pequeño; <br /> fondo diamante que arroja<br /> tantos esplendores regios <br /> que en poca cantidad cifra <br /> el valor de muchos reinos: <br /> Yo, señor, una crïada <br /> que sabréis, andando el tiempo<br /> y andando vos, desde ahora <br /> para entonces os prevengo <br /> que sepáis que os quise tanto <br /> antes de ser, que primero <br /> que de vuestra bella madre,<br /> nacistes de mi concepto, <br /> y que le hice a Dios por vos <br /> tantas plegarias y ruegos, <br /> que a cansarse el Cielo juzgo <br /> que hubiera cansado al Cielo.<br /> ¡Cuánto deseé el que salierais <br /> de ser mental compañero <br /> de las criaturas posibles <br /> que ni serán, son, ni fueron! <br /> Ana por Samuel no hizo<br /> más visajes en el templo, <br /> dando qué pensar a Helí, <br /> que los que por vos he hecho. <br /> No dejé santo ni santa <br /> de quien con piedad creemos<br /> que de impetrar sucesiones <br /> obtienen el privilegio, <br /> que no hiciera intercesora, <br /> que no hiciera medianero, <br /> porque os sacase de idea<br /> al ser, el Poder Supremo. <br /> Salistes, en fin, a luz, <br /> con aparato tan bello, <br /> que en vuestra fábrica hermosa <br /> se ostentó el saber inmenso.<br /> Pasóse aquella agonía, <br /> y sucedióle al deseo <br /> (que era de teneros antes), <br /> el cuidado de teneros. <br /> Entró con la posesión<br /> el gusto, y al mismo tiempo <br /> el desvelo de guardaros <br /> y el temor de no perderos. <br /> ¡Oh, cuántas veces, señor, <br /> de experiencia conocemos<br /> que es más dicha una carencia <br /> que una posesión con riesgo! <br /> Dígolo porque en los sustos <br /> que me habéis dado y los miedos, <br /> bien puedo decir que tanto<br /> como me costáis, os quiero. <br /> ¿Cuántas veces ha pendido <br /> de lo débil de un cabello <br /> de vuestra vida, mi vida, <br /> de vuestro aliento, mi aliento?<br /> ¿Qué achaque habéis padecido, <br /> que no sonase, aun primero <br /> que en vuestra salud el golpe, <br /> en mi corazón el eco? <br /> El dolor de vuestra madre,<br /> de vuestro padre el desvelo, <br /> el mal que pasabais vos <br /> y el cariño que yo os tengo, <br /> todo era un cúmulo en mí <br /> de dolor, siendo mi pecho<br /> de tan dolorosas líneas <br /> el atormentado centro. <br /> En fin, ya, gracias a Dios, <br /> habemos llegado al puerto, <br /> pasando vuestra edad todo<br /> el océano del cielo. <br /> Ya habéis visto doce signos, <br /> y en todos, Alcides nuevo, <br /> venciendo doce trabajos <br /> de tantos temperamentos;<br /> ya, hijo luciente del Sol, <br /> llevando el carro de Febo, <br /> sabéis a Flegón y Eonte <br /> regir los fogosos frenos; <br /> ya al León dejáis vencido,<br /> ya al Toro dejáis sujeto, <br /> ya al Cáncer sin la ponzoña <br /> y al Escorpión sin veneno; <br /> sin flechas al Sagitario, <br /> hollando de Aries el cuello,<br /> a Géminis envidioso, <br /> y a Acuario dejáis sediento; <br /> enamorada a la Virgen, <br /> a los Peces dejáis presos, <br /> al Capricornio rendido<br /> y a Libra inclinado el peso. <br /> Ya habéis experimentado <br /> la variedad de los tiempos, <br /> que divide en cuatro partes <br /> la trepidación del cielo:<br /> florida, a la primavera, <br /> al estío, macilento, <br /> con su razón, al otoño, <br /> y con su escarcha, al ivierno. <br /> Ya sabéis lo que es vivir;<br /> pues, dado un círculo entero <br /> a vuestra dichosa edad, <br /> quien hace un año, hará ciento. <br /> Ya, en fin, de nuestro natal, <br /> ¿natal dije? ¡Qué gran yerro!<br /> ¡Que este término me roce <br /> las cuerdas del instrumento! <br /> Pero habiendo de ser años, <br /> ¿qué término encontrar puedo <br /> que no sea, años, edad,<br /> natalicio o nacimiento? <br /> Perdonad, señor, y al caso <br /> un chiste contaros quiero, <br /> que a bien que todas las coplas <br /> son una cosa de cuento:<br /> predicaba un cierto quídam <br /> los sermones de san Pedro <br /> muchos años, y así casi <br /> siempre decía uno mesmo; <br /> murmuróle el auditorio<br /> lo rozado en los conceptos, <br /> y avisóselo un amigo <br /> con caritativo celo; <br /> y él respondió: -«Yo mudar <br /> discurso ni asunto puedo,<br /> mientras nuestra madre Iglesia <br /> no me mude el Evangelio.» <br /> Este es el cuento, que puede <br /> ser que gustéis de saberlo, <br /> y si no os agrada, dadlo<br /> por no dicho y por no hecho. <br /> Lo que ahora nos importa <br /> es, fresco pimpollo tierno, <br /> que viváis largo y tendido, <br /> y que crezcáis bien y recio.<br /> Que les deis a vuestros padres <br /> la felicidad de veros <br /> hecho unión de sus dos almas, <br /> visagra de sus dos pechos. <br /> Que se goce vuestra madre<br /> de ser, en vuestros progresos, <br /> la Leda de tal Apolo, <br /> de tal Cupido, la Venus. <br /> Que den sucesión dichosa <br /> a quien sirvan los imperios,<br /> a quien busquen las coronas, <br /> a quien aclamen los cetros. <br /> Que mandéis en la Fortuna, <br /> siendo en sus opuestos ceños, <br /> el móvil de vuestro arbitrio,<br /> el eje de su gobierno. <br /> Creced Adonis y Marte, <br /> siendo, en belleza y esfuerzo <br /> de la corte y la campaña, <br /> el escudo y el espejo.<br /> Y pues es el fausto día <br /> que se cumple el año vuestro, <br /> de dar perdón al convicto <br /> y dar libertad al preso: <br /> dad la vida a Benavides,<br /> que aunque sus delitos veo, <br /> tiene parces vuestro día <br /> para mayores excesos. <br /> A no haber qué perdonar, <br /> la piedad que ostenta el Cielo<br /> ocioso atributo fuera, <br /> o impracticable, a lo menos. <br /> A Herodes en este día <br /> pidió una mujer por premio, <br /> que al sagrado precursor<br /> cortase el divino cuello; <br /> fue la petición del odio, <br /> de la venganza el deseo, <br /> y ejecutó la crueldad <br /> de la malicia el precepto.<br /> Vos sois príncipe cristiano, <br /> y yo, por mi estado, debo <br /> pediros lo más benigno, <br /> y vos no usar lo sangriento. <br /> Muerte puede dar cualquiera;<br /> vida, sólo puede hacerlo <br /> Dios; luego sólo con darla <br /> podéis a Dios pareceros. <br /> Que no es razón que en el día <br /> genial de vuestros obsequios<br /> queden manchadas las aras <br /> ni quede violado el templo. <br /> Y a Dios, que os guarde, señor, <br /> que el decir que os guarde, creo, <br /> que para con Dios y vos<br /> es petición y es requiebro.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-25031038216391714252009-05-04T20:38:00.000-07:002009-05-04T20:38:00.520-07:00Romance de Sor Juana Inés de la Cruz<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Aplaude, lo mismo que la Fama, en la sabiduría sin par de la señora doña María de Guadalupe Alencastre, la única maravilla de nuestros siglos</span><br /><br /><br /> Grande duquesa de Aveyro, <br /> cuyas soberanas partes <br /> informa cavado el bronce, <br /> publica esculpido el jaspe; <br /> alto honor de Portugal,<br /> pues le dan mayor realce <br /> vuestras prendas generosas, <br /> que no sus quinas reales; <br /> vos, que esmaltáis de valor <br /> el oro de vuestra sangre,<br /> y siendo tan fino el oro <br /> son mejores los esmaltes; <br /> Venus del mar lusitano, <br /> digna de ser bella madre <br /> de amor, más que la que a Chipre<br /> debió cuna de cristales; <br /> gran Minerva de Lisboa, <br /> mejor que la que triunfante <br /> de Neptuno, impuso a Atenas <br /> sus insignias literales;<br /> digna sólo de obtener <br /> el áureo pomo flamante <br /> que dio a Venus tantas glorias, <br /> como infortunios a Paris; <br /> cifra de las nueve Musas<br /> cuya pluma es admirable <br /> arcaduz por quien respiran <br /> sus nueve acentos süaves; <br /> claro honor de las mujeres, <br /> de los hombres docto ultraje,<br /> que probáis que no es el sexo <br /> de la inteligencia parte; <br /> primogénita de Apolo, <br /> que de sus rayos solares <br /> gozando las plenitudes,<br /> mostráis las actividades; <br /> presidenta del Parnaso, <br /> cuyos medidos compases <br /> hacen señal a las Musas <br /> a que entonen o que pausen;<br /> clara Sibila española, <br /> más docta y más elegante, <br /> que las que en diversas tierras <br /> veneraron las edades; <br /> alto asunto de la Fama,<br /> para quien hace que afanes <br /> del martillo de Vulcano <br /> nuevos clarines os labren: <br /> oíd una musa que, <br /> desde donde fulminante<br /> a la tórrida da el sol <br /> rayos perpendiculares, <br /> al eco de vuestro nombre, <br /> que llega a lo más distante, <br /> medias sílabas responde<br /> desde sus concavidades, <br /> y al imán de vuestras prendas, <br /> que lo más remoto atrae, <br /> con amorosa violencia <br /> obedece, acero fácil.<br /> Desde la América enciendo <br /> aromas a vuestra imagen, <br /> y en este apartado polo <br /> templo os erijo y altares. <br /> Desinteresada os busco,<br /> que el afecto que os aplaude, <br /> es aplauso a lo entendido <br /> y no lisonja a lo grande. <br /> Porque, ¿para qué, señora, <br /> en distancia tan notable,<br /> habrán vuestras altiveces <br /> menester mis humildades? <br /> Yo no he menester de vos <br /> que vuestro favor me alcance <br /> favores en el Consejo<br /> ni amparo en los Tribunales, <br /> ni que acomodéis mis deudos, <br /> ni que amparéis mi linaje, <br /> ni que mi alimento sean <br /> vuestras liberalidades,<br /> que yo, señora, nací <br /> en la América abundante, <br /> compatrïota del oro, <br /> paisana de los metales, <br /> adonde el común sustento<br /> se da casi tan de balde, <br /> que en ninguna parte más <br /> se ostenta la tierra, madre. <br /> De la común maldición, <br /> libres parece que nacen<br /> sus hijos, según el pan <br /> no cuesta al sudor afanes. <br /> Europa mejor lo diga, <br /> pues ha tanto que, insaciable, <br /> de sus abundantes venas<br /> desangra los minerales, <br /> y cuantos el dulce Lotos <br /> de sus riquezas les hace <br /> olvidar los propios nidos, <br /> despreciar los patrios lares,<br /> pues entre cuantos la han visto, <br /> se ve con claras señales, <br /> voluntad en los que quedan <br /> y violencia en los que parten. <br /> Demás de que, en el estado<br /> que Dios fue servido darme, <br /> sus riquezas solamente <br /> sirven para despreciarse, <br /> que para volar segura <br /> de la religión la nave,<br /> ha de ser la carga poca <br /> y muy crecido el velamen, <br /> porque si algún contrapeso, <br /> pide para asegurarse, <br /> de humildad, no de riquezas,<br /> ha menester hacer lastre. <br /> Pues, ¿de qué cargar sirviera <br /> de riquezas temporales, <br /> si en llegando la tormenta <br /> era preciso alijarse?<br /> Con que por cualquiera de estas <br /> razones, pues es bastante <br /> cualquiera, estoy de pediros <br /> inhibida por dos partes. <br /> Pero, ¿a dónde de mi patria<br /> la dulce afición me hace <br /> remontarme del asunto <br /> y del intento alejarme? <br /> Vuelva otra vez, gran señora, <br /> el discurso a recobrarse,<br /> y del hilo del discurso <br /> los dos rotos cabos ate. <br /> Digo, pues, que no es mi intento, <br /> señora, más que postrarme <br /> a vuestras plantas que beso<br /> a pesar de tantos mares. <br /> La siempre divina Lisi, <br /> aquélla en cuyo semblante <br /> ríe el día, que obscurece <br /> a los días naturales,<br /> mi señora la condesa <br /> de Paredes, aquí calle <br /> mi voz, que dicho su nombre, <br /> no hay alabanzas capaces; <br /> ésta, pues, cuyos favores<br /> grabados en el diamante <br /> del alma, como su efigie, <br /> vivirán en mí inmortales, <br /> me dilató las noticias <br /> ya antes dadas de los padres<br /> misioneros, que pregonan <br /> vuestras cristianas piedades, <br /> publicando cómo sois <br /> quien con celo infatigable <br /> solicita que los triunfos<br /> de nuestra fe se dilaten. <br /> Ésta, pues, que sobre bella, <br /> ya sabéis que en su lenguaje <br /> vierte flores Amaltea <br /> y destila amor panales,<br /> me informó de vuestras prendas <br /> como son y como sabe, <br /> siendo sólo tanto Homero <br /> a tanto Aquiles bastante. <br /> Sólo en su boca el asunto<br /> pudiera desempeñarse, <br /> que de un ángel sólo puede <br /> ser coronista otro ángel. <br /> A la vuestra, su hermosura <br /> alaba, porque envidiarse<br /> se concede en las bellezas <br /> y desdice en las deidades. <br /> Yo, pues, con esto movida <br /> de un impulso dominante, <br /> de resistir imposible<br /> y de ejecutar no fácil, <br /> con pluma en tinta, no en cera, <br /> en alas de papel frágil, <br /> las ondas del mar no temo, <br /> las pompas piso del aire,<br /> y venciendo la distancia, <br /> porque suele a lo más grave <br /> la gloria de un pensamiento <br /> dar dotes de agilidades, <br /> a la dichosa región<br /> llego, donde las señales <br /> de vuestras plantas me avisan <br /> que allí mis labios estampe. <br /> Aquí estoy a vuestros pies, <br /> por medio de estos cobardes<br /> rasgos, que son podatarios <br /> del afecto que en mí arde. <br /> De nada puedo serviros, <br /> señora, porque soy nadie, <br /> mas quizá por aplaudiros,<br /> podré aspirar a ser alguien. <br /> Hacedme tan señalado <br /> favor, que de aquí adelante <br /> pueda de vuestros crïados <br /> en el número contarme.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-6628141580344403072009-05-03T20:35:00.000-07:002009-05-03T20:35:00.933-07:00Qué es esto, Alcino de sor Juana Inés<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Aunque en vano, quiere reducir a método racional el pesar de un celoso</span><br /><br /><br /> ¿Qué es esto, Alcino? ¿Cómo tu cordura <br /> se deja así vencer de un mal celoso, <br /> haciendo con extremos de furioso <br /> demostraciones más que de locura? <br /><br /> ¿En qué te ofendió Celia, si se apura?<br /> ¿O por qué al amor culpas de engañoso, <br /> si no aseguró nunca poderoso <br /> la eterna posesión de su hermosura?<br /><br /> La posesión de cosas temporales, <br /> temporal es, Alcino, y es abuso<br /> el querer conservarlas siempre iguales. <br /><br /> Con que tu error o tu ignorancia acuso, <br /> pues Fortuna y Amor, de cosas tales <br /> la propiedad no han dado, sino el uso.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-45514814539095257352009-05-03T20:33:00.000-07:002009-05-03T20:33:00.561-07:00Yo no dudo, Lisarda, que te quiero<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Un celoso refiere el común pesar que todos padecen, y advierte a la causa, el fin que puede tener la lucha de afectos encontrados</span><br /><br /> <br />Yo no dudo, Lisarda, que te quiero, <br /> aunque sé que me tienes agraviado; <br /> mas estoy tan amante y tan airado, <br /> que afectos que distingo no prefiero. <br /><br /> De ver que odio y amor te tengo, infiero<br /> que ninguno estar puede en sumo grado, <br /> pues no le puede el odio haber ganado <br /> sin haberle perdido amor primero. <br /><br /> Y si piensas que el alma que te quiso <br /> ha de estar siempre a tu afición ligada,<br /> de tu satisfación vana te aviso: <br /><br /> pues si el amor al odio ha dado entrada, <br /> el que bajó de sumo a ser remiso, <br /> de lo remiso pasará a ser nada.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-56603128233182522882009-05-03T20:30:00.000-07:002009-05-03T20:30:00.774-07:00De la beldad de Laura enamorados<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">En la muerte de la excelentísima señora marquesa de Mancera</span><br /><br /> <br />De la beldad de Laura enamorados <br /> los cielos, la robaron a su altura, <br /> porque no era decente a su luz pura, <br /> ilustrar estos valles desdichados; <br /><br /> o porque los mortales, engañados<br /> de su cuerpo en la hermosa arquitectura, <br /> admirados de ver tanta hermosura, <br /> no se juzgasen bienaventurados. <br /><br /> Nació donde el oriente el rojo velo <br /> corre, al nacer al astro rubicundo,<br /> y murió donde, con ardiente anhelo, <br /><br /> da sepulcro a su luz el mar profundo; <br /> que fue preciso a su divino vuelo, <br /> que diese como sol la vuelta al mundo.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-85229503758605857442009-05-02T20:28:00.000-07:002009-05-02T20:28:00.949-07:00Bello compuesto en Laura dividido<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">A lo mismo</span><br /><br /><br /> Bello compuesto en Laura dividido, <br /> alma inmortal, espíritu glorioso, <br /> ¿por qué dejaste cuerpo tan hermoso <br /> y para qué tal alma has despedido? <br /><br /> Pero ya ha penetrado mi sentido<br /> que sufres el divorcio riguroso <br /> porque el día final puedas, gozoso, <br /> volver a ser eternamente unido. <br /><br /> Alcanza tú, alma dichosa, el presto vuelo, <br /> y, de tu hermosa cárcel desatada,<br /> dejando vuelto su arrebol en yelo, <br /><br /> sube a ser de luceros coronada: <br /> que bien es necesario todo el cielo <br /> para que no eches menos tu morada.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-4640728590930188792009-05-02T20:25:00.000-07:002009-05-02T20:25:00.785-07:00Si los riesgos del mar considerara<div style="text-align: center;">Encarece de animosidad la elección de estado durable hasta la muerte<br /><br /><br />Si los riesgos del mar considerara, <br /> ninguno se embarcara, si antes viera <br /> bien su peligro, nadie se atreviera, <br /> ni al bravo toro osado provocara; <br /><br /> si del fogoso bruto ponderara<br /> la furia desbocada en la carrera <br /> el jinete prudente, nunca hubiera <br /> quien con discreta mano le enfrenara. <br /><br /> Pero si hubiera alguno tan osado <br /> que, no obstante el peligro, al mismo Apolo<br /> quisiere gobernar con atrevida <br /><br /> mano el rápido carro en luz bañado, <br /> todo lo hiciera; y no tomara sólo <br /> estado que ha de ser toda la vida.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-10717870995674060342009-05-02T20:23:00.000-07:002009-05-02T20:23:00.442-07:00Probable opinión es que conservarse<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Para explicar la causa a la rebeldía, ya sea firmeza de un cuidado, se vale de opinión que atribuye a la perfección de su forma lo incorruptible en la materia de los cielos; usa cuidadosamente términos de escuelas</span><br /><br /> <br />Probable opinión es que conservarse <br /> la forma celestial en su fijeza, <br /> no es porque en la materia hay más nobleza <br /> sino por la manera de informarse; <br /><br /> porque aquel apetito de mudarse,<br /> lo sacia de la forma la nobleza, <br /> con que cesando el apetito, cesa <br /> la ocasión que tuvieran de apartarse. <br /><br /> Así tu amor, con vínculo terrible, <br /> el alma que te adora, Celia, informa;<br /> con que su corrupción es imposible <br /><br /> ni educir otra con quien no conforma, <br /> no por ser la materia incorruptible, <br /> mas por lo inamisible de la forma.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-57782720222594319442009-05-01T20:21:00.000-07:002009-05-01T20:21:00.063-07:00Aunque es clara del cielo la luz pura<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Aplaude la ciencia astronómica del padre Eusebio Francisco Kino, de la Compañía de Jesús, que escribió del cometa que el año de ochenta apareció, absolviéndole de ominoso</span><br /><br /> <br />Aunque es clara del cielo la luz pura, <br /> clara la luna y claras las estrellas, <br /> y claras las efímeras centellas <br /> que el aire eleva y el incendio apura; <br /><br /> aunque es el rayo claro, cuya dura<br /> producción cuesta al viento mil querellas, <br /> y el relámpago que hizo de sus huellas <br /> medrosa luz en la tiniebla obscura; <br /><br /> todo el conocimiento torpe humano <br /> se estuvo obscuro sin que las mortales<br /> plumas pudiesen ser, con vuelo ufano, <br /><br /> Ícaros de discursos racionales, <br /> hasta que el tuyo, Eusebio soberano, <br /> les dio luz a las luces celestiales.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-35450436973133924422009-05-01T20:19:00.000-07:002009-05-01T20:19:00.148-07:00Mueran contigo, Laura de Sor Juana<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Lamenta con todos la muerte de la señora marquesa de Mancera</span><br /><br /><br />Mueran contigo, Laura, pues moriste, <br /> los afectos que en vano te desean, <br /> los ojos a quien privas de que vean <br /> la hermosa luz que a un tiempo concediste. <br /><br /> Muera mi lira infausta en que inflüiste<br /> ecos que lamentables te vocean, <br /> y hasta estos rasgos mal formados sean <br /> lágrimas negras de mi pluma triste. <br /><br /> Muévase a compasión la misma Muerte, <br /> que, precisa, no pudo perdonarte;<br /> y lamente el Amor su amarga suerte, <br /><br /> pues si antes, ambicioso de gozarte, <br /> deseó tener ojos para verte, <br /> ya le sirvieran sólo de llorarte.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-19936730315735747512009-05-01T20:17:00.000-07:002009-05-01T20:17:00.445-07:00Décimas de Sor Juana Inés de la Cruz<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Presentando un reloj de muestra a persona de autoridad, y su estimación, le da los buenos días</span><br /><br /><br /> ArribaAbajo Los buenos días me allano <br /> a que os dé un reloj, señor, <br /> porque fue lo que mi amor <br /> acaso halló más a mano. <br /> Corto es el don, mas ufano<br /> de que sirve a tus auroras; <br /> admítele, pues no ignoras <br /> que mal las caricias mías <br /> te pudieran dar los días, <br /> sin dar primero las Horas.<br /><br /> Raro es del arte portento <br /> en que su poder más luce, <br /> que a breve espacio reduce <br /> el celestial movimiento; <br /> y, imitando al sol, atento<br /> mide su veloz carrera, <br /> con que, si se considera, <br /> pudiera mi obligación <br /> remitirte mayor don, <br /> mas no de mejor esfera.<br /><br /> No tiene sonido en nada, <br /> que fuera acción indecente <br /> que tan pequeño presente <br /> quisiera dar campanada; <br /> sólo por señas le agrada<br /> decir el intento suyo; <br /> con que su hechura concluyo, <br /> con decir de su primor, <br /> que fue muestra de mi amor, <br /> mas ya es de sol, siendo tuyo.<br /><br /> Y no pienses que me agrada <br /> poner mensura a tu vida, <br /> que no es quererla medida <br /> pedírtela regulada; <br /> y en aciertos dilatada<br /> solicita mi cuidado, <br /> para que el mundo, admirado, <br /> pondere al ver tu cordura, <br /> el vivir, muy sin mensura, <br /> y el obrar, muy mensurado.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-4605107761251796882009-04-30T20:15:00.000-07:002009-04-30T20:15:00.419-07:00Décima de Sor Juana Inés<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">En un anillo retrató a la señora condesa de Paredes: dice por qué</span><br /><br /> <br />Este retrato que ha hecho <br /> copiar mi cariño ufano, <br /> es sobreescribir la mano, <br /> lo que tiene dentro el pecho, <br /> que, como éste viene estrecho<br /> a tan alta perfección, <br /> brota fuera la afición <br /> y en el índice la emplea, <br /> para que con verdad sea <br /> índice del corazón.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-76783226977419089242009-04-30T20:13:00.000-07:002009-04-30T20:13:00.544-07:00Décima de Sor Juana<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Al mismo intento</span><br /><br /><br />Éste, que a la luz más pura <br />quiso imitar la beldad, <br />representa su deidad, <br />mas no copia su hermosura. <br />En él, mi culto asegura<br />su veneración mayor; <br />mas no muestres el error <br />de pincel tan poco sabio, <br />que para Lisi es agravio, <br />el que para mí es favor.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-54694465686817646632009-04-30T20:11:00.000-07:002009-04-30T20:11:00.258-07:00Décimas de Sor Juana Inés de la Cruz<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Esmera su respectoso amor; habla con el retrato, y no calla con él, dos veces dueño</span><br /><br /><br />Copia divina en quien veo <br /> desvanecido al pincel, <br /> de ver que ha llegado él <br /> donde no pudo el deseo; <br /> alto, soberano empleo<br /> de más que humano talento, <br /> exenta de atrevimiento, <br /> pues tu beldad increíble, <br /> como excede a lo posible, <br /> no la alcanza el pensamiento.<br /><br /> ¿Qué pincel tan soberano <br /> fue a copiarte suficiente? <br /> ¿Qué numen movió la mente? <br /> ¿Qué virtud rigió la mano? <br /> No se alabe el arte vano<br /> que te formó peregrino; <br /> pues en tu beldad convino <br /> para formar un portento, <br /> fuese humano el instrumento, <br /> pero el impulso, divino.<br /><br /> Tan espíritu te admiro, <br /> que cuando deidad te creo, <br /> hallo el alma que no veo, <br /> y dudo el cuerpo que miro; <br /> todo el discurso retiro,<br /> admirada en tu beldad <br /> que muestra con realidad, <br /> dejando el sentido en calma, <br /> que puede copiarse el alma, <br /> que es visible la deidad.<br /><br /> Mirando perfección tal <br /> cual la que en ti llego a ver, <br /> apenas puedo creer <br /> que puedes tener igual; <br /> y a no haber original<br /> de cuya perfección rara <br /> la que hay en ti se copiara, <br /> perdida por tu afición, <br /> segundo Pigmaleón, <br /> la animación te impetrara.<br /><br /> Toco, por ver si escondido <br /> lo viviente en ti parece; <br /> ¿posible es que de él carece <br /> quien roba todo el sentido? <br /> ¿Posible es que no ha sentido<br /> esta mano que le toca <br /> y a que atiendas te provoca <br /> a mis rendidos despojos?, <br /> ¿que no hay luz en esos ojos?, <br /> ¿que no hay voz en esa boca?<br /><br /> Bien puedo formar querella <br /> cuando me dejas en calma, <br /> de que me robas el alma <br /> y no te animas con ella; <br /> y cuando altivo atropella<br /> tu rigor, mi rendimiento, <br /> apurando el sufrimiento, <br /> tanto tu piedad se aleja, <br /> que se me pierde la queja <br /> y se me logra el tormento.<br /><br /> Tal vez pienso que, piadoso, <br /> respondes a mi afición; <br /> y otras teme el corazón <br /> que te esquivas, desdeñoso. <br /> Ya alienta el pecho, dichoso,<br /> ya infeliz al rigor, muere, <br /> pero, como quiera, adquiere <br /> la dicha de poseer, <br /> porque a fin en mi poder <br /> serás lo que yo quisiere. <br /><br /> Y aunque ostentes el rigor <br /> de tu original fïel, <br /> a mí me ha dado el pincel, <br /> lo que no puede el amor. <br /> Dichosa vivo al favor <br /> que me ofrece un bronce frío, <br /> pues aunque muestres desvío, <br /> podrás, cuando más terrible, <br /> decir que eres imposible, <br /> pero no que no eres mío.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-49096058426040940422009-04-29T20:09:00.000-07:002009-04-29T20:09:00.962-07:00Décimas de Sor Juana Inés<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Memorial a un juez, pidiéndole por una viuda que la litigaban la vivienda</span><br /><br /><br />Juzgo, aunque os canse mi trato, <br /> que no os ofendo, en rigor, <br /> pues en cansaros, señor, <br /> cumplo con vuestro mandato; <br /> y pues éste fue el contrato,<br /> sufrid mis necias porfías <br /> de escuchar todos los días <br /> tan continuas peticiones, <br /> que aquestas mis rogaciones <br /> se han vuelto ya letanías.<br /><br /> Una viuda desdichada <br /> por una casa pleitea; <br /> y basta que viuda sea, <br /> sin que sea descasada. <br /> De vos espera, amparada,<br /> hallar la razón propicia <br /> para vencer la malicia <br /> de la contraria eficacia, <br /> esperando en vuestra gracia <br /> que le habéis de hacer justicia.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-58759534591324969722009-04-29T20:06:00.000-07:002009-04-29T20:06:01.606-07:00Décimas de Sor Juana<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Rehúsa para sí, pidiéndola para un inglés, la libertad, a la señora virreina</span><br /><br /><br />Hoy que a vuestras plantas llego, <br /> con el debido decoro, <br /> como a deidad os adoro <br /> y como a deidad os ruego. <br /> No diréis que el culto os niego<br /> pretendiendo el beneficio <br /> de vuestro amparo propicio, <br /> pues a la deidad mayor, <br /> le es invocar su favor, <br /> el más grato sacrificio.<br /><br /> Samuel a vuestra piedad <br /> recurre por varios modos, <br /> pues donde la pierden todos, <br /> quiere hallar la libertad. <br /> Su esclavitud rescatad,<br /> señora, que los motivos <br /> son justos y compasivos <br /> de tan adversa fortuna, <br /> y haced libres vez alguna <br /> de cuantas hacéis cautivos.<br /><br /> Dos cosas pretende aquí, <br /> contraria mi voluntad: <br /> para el inglés, libertad, <br /> y esclavitud para mí, <br /> pues, aunque indigna nací<br /> de que este nombre me deis, <br /> en vano resistiréis <br /> de mi esclavitud la muestra, <br /> pues yo tengo de ser vuestra <br /> aunque vos no me aceptéis.<br /><br /> Contraria es la petición <br /> de uno y otro, si se apura, <br /> que él la libertad procura <br /> y yo busco la prisión; <br /> pero vuestra discreción<br /> a quien nunca duda impide, <br /> podrá, si los fines mide, <br /> hacernos dichosos hoy <br /> con admitir lo que os doy <br /> y conceder lo que él pide.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-80928292559346219402009-04-29T20:03:00.000-07:002009-04-29T20:03:00.699-07:00Décimas de Sor Juana Inés de la Cruz<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Reconociendo el cabildo de Méjico el singular acierto que tuvo en la idea de un arco triunfal a la entrada del virrey, señor conde de Paredes, marqués de la Laguna, que encargó a soror Juana Inés, estudio de tan grande humanista y que ha de coronar este libro, la presentó el regalo que dice y agradece</span><br /><br /><br /> Esta grandeza que usa <br /> conmigo vuestra grandeza, <br /> le está bien a mi pobreza <br /> pero muy mal a mi musa. <br /> Perdonadme si, confusa<br /> o sospechosa, me inquieta <br /> el juzgar que ha sido treta <br /> la que vuestro juicio trata, <br /> pues quien me da tanta plata, <br /> no me quiere ver poeta.<br /><br /> No ha sido arco, en realidad, <br /> quien mi pobreza socorre, <br /> sino arcaduz por quien corre <br /> vuestra liberalidad. <br /> De una llave la lealtad<br /> a ser custodia se aplica <br /> del caudal, que multiplica <br /> quien oro me da por cobre, <br /> pues por un arco tan pobre, <br /> me dais una arca tan rica. <br /><br /> Aun viendo el efecto, dudo <br /> que pudiese el tiro errado <br /> de un arco mal disparado <br /> atravesar tanto escudo; <br /> mas a mi silencio mudo<br /> sólo obedecer le toca, <br /> pues, por si replico loca <br /> con palabras desiguales, <br /> con tantos sellos reales <br /> me habéis tapado la boca.<br /><br /> Con afecto agradecido <br /> a tantos favores, hoy <br /> gracias, señores, os doy, <br /> y los perdones os pido <br /> que con pecho agradecido<br /> de vuestra grandeza espero, <br /> y aun a estas décimas quiero <br /> dar, de estar flojas, excusa; <br /> que estar tan tibia la musa <br /> es efecto del dinero.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-43961298315646681572009-04-28T20:01:00.000-07:002009-04-28T20:01:00.456-07:00Redondillas de Sor Juana inés de la Cruz<div style="text-align: center;">Favorecida y agasajada, teme su afecto de parecer gratitud y no fuerza<br /><br /> <br />Señora, si la belleza <br /> que en vos llego a contemplar, <br /> es bastante a conquistar <br /> la más inculta dureza, <br /> ¿por qué hacéis que el sacrificio<br /> que debo a vuestra luz pura, <br /> debiéndose a la hermosura, <br /> se atribuya al beneficio? <br /> Cuando es bien que glorias cante <br /> de ser vos quien me ha rendido,<br /> ¿queréis que lo agradecido <br /> se equivoque con lo amante? <br /> Vuestro favor me condena <br /> a otra especie de desdicha, <br /> pues me quitáis con la dicha<br /> el mérito de la pena; <br /> si no es que dais a entender <br /> que favor tan singular, <br /> aunque se pueda lograr, <br /> no se puede merecer.<br /> Con razón, pues la hermosura, <br /> aun llegada a poseerse, <br /> si llegara a merecerse, <br /> dejara de ser ventura; <br /> que estar un digno cuidado<br /> con razón correspondido, <br /> es premio de lo servido <br /> y no dicha de lo amado, <br /> que dicha se ha de llamar <br /> sola la que, a mi entender,<br /> ni se puede merecer <br /> ni se pretende alcanzar, <br /> ya que este favor excede <br /> tanto a todos, al lograrse, <br /> que no sólo no pagarse,<br /> mas ni agradecer se puede; <br /> pues desde el dichoso día <br /> que vuestra belleza vi, <br /> tan del todo me rendí, <br /> que no me quedó acción mía;<br /> con lo cual, señora, muestro, <br /> y a decir mi amor se atreve <br /> que nadie pagaros debe <br /> que vos honréis lo que es vuestro. <br /> Bien sé que es atrevimiento,<br /> pero el amor es testigo <br /> que no sé lo que me digo <br /> por saber lo que me siento. <br /> Y en fin, perdonad por Dios, <br /> señora, que os hable así,<br /> que si yo estuviera en mí, <br /> no estuvierais en mí vos. <br /> Sólo quiero suplicaros <br /> que de mí recibáis hoy, <br /> no sólo al alma que os doy,<br /> mas las que quisiera daros.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-43937761288516441422009-04-28T19:58:00.000-07:002009-04-28T19:58:00.405-07:00Endechas de Sor Juana Inés de la Cruz<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Segunda norabuena de cumplir años el señor virrey, marqués de la Laguna</span><br /><br />Llegóse aquel día, <br /> gran señor, que el cielo <br /> destinó dichoso <br /> para natal vuestro. <br /> Suma el sol la cuenta<br /> que escribe en aquellos <br /> de estrellas guarismos, <br /> rasgos de luceros. <br /> El dorado torno <br /> que devana en bellos <br /> hilos de sus rayos <br /> claros crecimientos, <br /> de los doce signos, <br /> con huellas de fuego, <br /> pisó ya otra vez<br /> los varios aspectos. <br /> Ya, otra vez, ha visto <br /> los opuestos ceños <br /> del alemán frío <br /> y el adusto negro. <br /> Ya ostentó otra vez, <br /> con varios efectos, <br /> primavera, estío, <br /> otoño e invierno. <br /> Ya ausente y ya cerca,<br /> ha dado al noruego <br /> ya perpetuas sombras, <br /> y ya lucimientos. <br /> Ya, otra vez, la rueda <br /> voluble del tiempo<br /> clausuló del giro <br /> un círculo entero. <br /> ¿Quién que el tiempo duda, <br /> quién duda que Febo <br /> los repite ufano<br /> por ser años vuestros? <br /> Y yo más que todos, <br /> gran Tomás excelso, <br /> que más obligada <br /> celebrarlos debo;<br /> yo, que a vuestros pies <br /> ponerme no puedo <br /> porque la fortuna <br /> se opone al deseo; <br /> en prendas de fe,<br /> en señal de feudo, <br /> que mi corazón <br /> debe a vuestro imperio, <br /> estos os envío <br /> mal formados versos,<br /> en quien la verdad <br /> es sólo lo bueno. <br /> No os quiero decir <br /> que pido a los cielos <br /> ni que duréis siglos<br /> ni que seáis eterno, <br /> que estos cortesanos <br /> modos lisonjeros <br /> son de los palacios, <br /> no de los conventos,<br /> que ni aun de esa suerte <br /> tengo por acierto, <br /> el querer que el mundo <br /> os logre perpetuo. <br /> Gentil Alejandro<br /> lo juzgó pequeño, <br /> ¿pues qué hará un tan grande <br /> católico pecho? <br /> Quien puede aspirar <br /> a pisar luceros,<br /> ¿ha de contentarse <br /> con caducos premios? <br /> No, señor, que es ser <br /> avaro el deseo <br /> que, pudiendo más,<br /> solicita menos. <br /> Lo que yo con Dios <br /> para vos pretendo <br /> es, tras larga vida, <br /> el descanso eterno,<br /> gozando de Aquél, <br /> cuyo nacimiento <br /> en prendas de gloria <br /> quiso unir al vuestro.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-58870292384178479792009-04-28T19:56:00.000-07:002009-04-28T19:56:00.376-07:00Vuestra edad, gran señor de Sor Juana<div style="text-align: center;">Al mismo asunto<br /><br /><br />Vuestra edad, gran señor, en tanto exceda <br /> a la capacidad que abraza el cero, <br /> que la combinatoria de Kirkero <br /> multiplicar su cuantidad no pueda. <br /><br /> Del giro hermoso la luciente rueda<br /> que el uno trastornó y otro lucero, <br /> y el que fin fue del círculo primero, <br /> principio dé feliz al que suceda. <br /><br /> Vivid, porque entre propios y entre extraños <br /> de mi plectro las claras armonías<br /> celebren vuestros hechos sin engaños; <br /><br /> y uniendo duraciones a alegrías, <br /> a las glorias compitan vuestros años <br /> y las glorias excedan a los días.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1496973817611698968.post-71972082638872957742009-04-28T19:54:00.000-07:002009-04-28T19:54:00.555-07:00Romance de Sor Juana Inés de la Cruz<div style="text-align: center;"><span style="font-style: italic;">Coplas para música, en festín de cumplimiento de años de su majestad</span><br /><br /><br /> Enhorabuena el gran Carlos <br /> sus felices años cumpla: <br /> dichosos, porque los vive; <br /> grandes, porque los ocupa. <br /> Enhorabuena, en obsequio<br /> de su majestad augusta, <br /> de su resplandor, ministros, <br /> todos los astros concurran. <br /> Enhorabuena, en su rostro <br /> que los dos mundos ilustra,<br /> brillen encendidas flores, <br /> florecientes rayos luzgan. <br /> Enhorabuena su mano <br /> gloriosamente introduzga <br /> en los dos mundos su yugo,<br /> a los dos mares coyunda. <br /> De América, enhorabuena, <br /> huelle la cerviz robusta, <br /> que adora, en el pie que besa, <br /> la mano que la sojuzga.<br /> Su vida, en buen hora, sea <br /> de muchas vidas la suma, <br /> porque como muchas dure <br /> la que vale más que muchas.</div>Unknownnoreply@blogger.com