Llegaron a Méjico, con el hecho piadoso, las aclamaciones poéticas de Madrid a su majestad; que alaba la poetisa por más superior modo
Altísimo señor, monarca hispano,
que a Dios, entre accidentes escondido,
cuando queréis mostraros más rendido,
es cuando os ostentáis más soberano:
aquesa acción, señor, que al luterano
asombró en Carlos Quinto esclarecido,
y ésa, por quien el gran Rodulfo vido
del mundo el cetro en su piadosa mano,
aunque aplaudida en el hispano suelo
ha sido con católica alegría,
no causa admiración a mi desvelo:
quede admirado aquél que desconfía,
y de vuestra piedad, virtud y celo,
ésa y más religión no suponía.
Altísimo señor, monarca hispano,
que a Dios, entre accidentes escondido,
cuando queréis mostraros más rendido,
es cuando os ostentáis más soberano:
aquesa acción, señor, que al luterano
asombró en Carlos Quinto esclarecido,
y ésa, por quien el gran Rodulfo vido
del mundo el cetro en su piadosa mano,
aunque aplaudida en el hispano suelo
ha sido con católica alegría,
no causa admiración a mi desvelo:
quede admirado aquél que desconfía,
y de vuestra piedad, virtud y celo,
ésa y más religión no suponía.